Me imagino que casi todos nosotros hemos jugado alguna vez al Monopoly. Ese juego en el que acumulas dinero cada vez que pasas por la casilla de salida y cuyo objetivo es comprar propiedades, edificar casas y luego hoteles para así cobrar a cualquier jugador que caiga en tus terrenos. Entre otros factores, la clave de éxito de este juego es comprar todas las propiedades que puedas desde el minuto 1, y eso sí, pasar mucho por la casilla de salida para disponer del máximo dinero posible en los compases iniciales.
Nosotros, los españoles, hemos jugado al Monopoly en la vida real los últimos años, amparados en los tipos bajos que existían en Europa. Pero como somos así de chulos, hemos jugado en DOS tableros a la vez: el nuestro (el de España) con nuestros dineros y nuestros ahorros y, como con estos ahorros no dábamos abasto, yendo asiduamente al tablero de al lado (donde jugaban Francia, Alemania e Inglaterra) a hipotecar nuestras propiedades para obtener aun más dinero para poder comprar y edificar más y más terrenos (o sea especulando).
El problema surgió cuando los mercados (eufemismo que define a nuestros socios en la Unión Europea cuando se convierten en banqueros así como a otros especuladores del mundo mundial) del otro tablero vio que en nuestra partida no quedaba dinero en la banca. ¡Cundió el pánico! Dejaron de prestarnos dinero con facilidad.
Nuestra recuperación económica será mucho mas lenta que la de otros países por un sencillo motivo: a medida que seguimos jugando en nuestro tablero, cada vez que pasamos por la casilla de salida cobramos un dinero que, en una parte significativa, usamos para pagar nuestras hipotecas a los del tablero de al lado. Eso significa que, a diferencia de otras crisis por las que hemos pasado, parte de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, no realimenta nuestra economía porque lo ponemos dinero en el otro tablero para ir pagando nuestras deudas: tenemos menos dinero para gastar en nuestro tablero.
Eso si, pagamos la fiesta y devolvemos ni más ni menos ¡el dinero que recibimos en su día! (O sea que los bancos alemanes respiran aliviados cuando ven que el dinero de sus clientes vuelve a existir.)
Esta breve y simplificada explicación expone por qué los mercados están preocupados por nuestra situación: es básicamente por asegurar que cobran sus deudas (que hicieron de forma irresponsable los banqueros europeos y españoles sin ningún criterio de solvencia profesional) y ya que ahora estamos en una posición vulnerable, cobrarla al tipo de interés más alto posible.
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Según El Pais del pasado dia 6, “En los 11 años que duró la locura del ladrillo, entre 1998 y 2008, se iniciaron 5.5 millones de viviendas en España. Es decir, la banca financió un gigantesco parque de pisos del que una parte no se vendió y otra quedó en manos de inquilinos que han dejado de pagar sus hipotecas. Eran tiempos en los que en España se construían más casas que en Reino Unido, Francia, Italia y Alemana juntas.”Según añade el artículo, hoy las entidades bancarias acumulan 65.000 millones en activos inmobiliarios: 30.000 millones en terrenos en propiedad porque quienes los compraron no puede pagarlos, 3.700 millones en propiedeas a medio construir, 11.500 millones en pisos embargados a particulares, 12.500 millones en pisos acabados sin vender y otros adjudicados por valor de 7.000 millones. Además hay otros 60.000 millones en créditos cuya única garantía es el terrenos sin edificar.
miércoles, 13 de julio de 2011
Nuestra recuperación económica será lenta
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Publicado por Ricardo Martinez en 8:00
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