Así lo explica Parrondo en la web Matemáticas Educativas:
Hay un juego, el A, que consiste en tirar una moneda trucada para que una cara salga menos.
Hay otro juego, el B, que se juega con dos monedas: la B1 que es muy mala -un décimo de probabilidad de ganar y nueve décimos de perder- y la B2, que es una moneda ganadora, pierde con una probabilidad 1/4 y gana con probabilidad 3/4. La regla del juego B es que se usa la moneda B1 si lo que llevo ganado es múltiplo de 3 y la moneda B2 si no lo es. Como sólo uno de cada tres números es múltiplo de 3, el B también es un juego perdedor.
Pues si jugamos al juego A o al juego B todo el tiempo, hay alguien que siempre tiene una probabilidad muy grande de perder. Pero, si jugamos una vez al A y otra al B, el que antes perdía ahora gana. Ésa es la paradoja. Es un juego de azar simple.
La idea de la teoría es que uno de los juegos hace de trinquete y así recoge los resultados del otro, subiéndolo hacia el éxito. Veamos una simulación gráfica de este comportamiento aquí (bajar hacia la mitad del artículo).
Aunque si se ha visto su utilidad en situaciones económicas, biológicas o electrónicas, todavía hay discusiones entre los científicos sobre la utilidad práctica de esta teoría para invertir en bolsa, en un casino o en situaciones epistemológicas.
Pero por ver una utilidad del día a día, según Sandra Blakeslee un ejemplo del juego es
cuando por ejemplo Clinton, que al principio negaba haber tenido un encuentro sexual con Monica S. Lewinsky (juego A) vio como su popularidad incrementaba al aceptar que había mentido (juego B). El escándalo subsiguiente fue bueno para Clinton.Más info
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